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El principio de esta reco es un bálsamo para los oídos: la tierna voz de France Gall, el amable acordeón de Gus Viseur, la misteriosa flauta de Bobby Jaspar y los prodigiosos saxofones de Don Byas y Joshua Redman. Entre estos dos últimos hay una larga pausa de 7 segundos totalmente premeditada. Aun tratándose de dos temas muy tranquilos, los estilos y épocas a los que corresponden distan un abismo entre sí, por eso lo más respetuoso era separarlos invitando a paladear el post-gusto del primero antes de entrar con el segundo.
El final de Cottage For Sale es el paradigma de cómo debe acabar una canción. Justo lo opuesto a las florituras de otros saxofonistas como Sonny Stitt, Sonny Rollins o el mismísimo Lester Young. Don Byas alcanza la excelencia por el camino de la sencillez y la sobriedad.
Joshua Redman es otro monstruo. Los registros lastimosos de su saxofón están llenos de matices. Parece increíble poder expresar tanto con un simple instrumento.
Redman abre la recopilación a las puertas de la modernidad. Il Neige es de 1966; Nuages, compuesta por Django Reinhardt, fue grabada en 1962; Flamingo, en la que Blossom Dearie toca el piano, data de 1956; y Cottage For Sale se grabó en 1952. En cambio, salta a la vista que We Had A Sister es posterior y, en efecto, Joshua Redman grabó ese disco (Wish) en 1993.
Tras Joshua Redman escuchamos a la inconfundible Sade, con la preciosa War Of Hearts. Su smooth jazz permite enlazar el siguiente corte: un temazo de jazz-funk a cargo de B Baker Chocolate Co. Bajos saltarines, sintetizadores… Nos encaminamos hacia el final vanguardista y abstracto de la recopilación.
Con Corduroy alcanzamos el clímax en cuanto a ritmo. Ahí la reco pega un frenazo en seco para introducir el exotismo de Martin Denny, Grundik & Slava, etc. A partir de entonces las texturas y los ritmos le ganan terreno a las melodías y un autor tras otro escapan todos hábilmente del etiquetado del crítico musical.
Ese final electrónico de mid-tempos heterodoxos probablemente sonará muy obsoleto dentro de unos años, pero ahora mismo parece más imaginativo y libre que otras tendencias cibernéticas más encorsetadas por rigurosos cánones como el house o el trance.
Por ejemplo, Ming & FS suelen hacer hip-hop y drum’n’bass, pero 80 Watt Parker no es catalogable ni como lo uno ni como lo otro. Bueno, lo mejor es oírlos, así que con esto termina el comentario a esta recopilación.
Febrero de 2006
domingo, mayo 4
Electrónica, ¿por qué no?
Etiquetas:
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