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lunes, mayo 12

Gótica

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Lista de canciones (tracklist)

Esta recopilación tiene un origen más o menos vago y un detonante o excusa bastante concretos.

Su origen es el gusto por todo lo gótico, siniestro y electro-dark que se vive actualmente en determinados ambientes, tan minoritarios como intensos. La experiencia vivida en alguna de esas fiestas tan selectas me llevó a interesarme, al menos musicalmente, por ese mundo tan atractivo, y de ese entorno proviene en gran parte la música aquí recopilada.

Sin embargo, nunca me decidía a hacer una recopilación oscura que recogiera una representación del repertorio adquirido de ese género y fue necesario un desafío involuntario por parte de un tercero para que yo me pusiera a trabajar. Fue en una cena de cumpleaños cuando una comensal negó la existencia del fenómeno gótico aduciendo que ese adjetivo era una etiqueta propia de críticos musicales que carecía por completo de contenido.

Ante semejante barbaridad me sentí inicialmente ofendido, pero a continuación fuertemente estimulado para demostrar la falsedad de tan osada aseveración. En pocos días terminé la recopilación y le regalé una copia, agradecido, a la analfabeta musical que provocó todo este lío.

En esta recopilación, planeada in crescendo, tenemos música más o menos gótica, desde lo más plácido y emocional hasta lo más agresivo y ruidoso, pasando por episodios altamente bailables.

Las fuentes

Las canciones 4, 10 y 14 se extraen de un maravilloso CD cuádruple recopilatorio titulado The Black Bible, editado por el sello Cleopatra en 1998. Se trata de una lujosísima obra que ha debido de hacer las delicias de los fanáticos del género tanto por su extensión (casi 4 horas y media), como por su impecable presentación y exhaustivo contenido.

Los temas 8 y 19 pertenecen al álbum de Anathema A Natural Disaster, de 2003 (el último de ellos da nombre al CD). Este grupo ha sido mi gran descubrimiento de los últimos tiempos. En febrero acudí al Atarfe Vega Rock, el gran acontecimiento heavy de Granada, para ver a estrellas como Megadeth (la última vez que los había visto fue en Londres 13 años antes) y mi sorpresa fue descubrir a unos Anathema totalmente desubicados frente a ese público: poperos, intimistas, emocionales, tranquilitos, saboreando las texturas de sus teclados y acompañados por una gran vocalista (Lee Douglas), más propia de formaciones de trip-hop que de heavy-metal. Me encantaron y allí mismo me compré dos discos suyos (el merchandising del festival era para verlo: más grande que el mercadillo de Camden Lock, por volver a mencionar Londres).

¿Qué hacían Anathema rodeados de cabestros melenudos con camisetas negras de Maiden, Deicide y Sepultura? La explicación es que en sus orígenes Anathema eran un grupo de doom metal (embruten para los amigos). Pese a sentirme bastante heavy (yo no fui al Atarfe por error), reconozco que la evolución de esta banda es admirable y supongo que los arriesgados organizadores del Atarfe pensaron lo mismo (no seré yo quien presuma su ignorancia).

El CD de Anathema lo edita Music For Nations, sello británico que ha publicado trabajos de Metallica, Slayer, Cradle Of Filth, Therion (también presentes en el Atarfe), etc.

Aunque el gurú de la electrónica Aphex Twin (Richard D. James) no hace música gótica, sus trabajos ambientales son interesantísimos: experimentales y nostálgicos, por lo cual casan perfectamente con los comienzos tranquilos de esta reco. Match Sticks se extrae de Selected Ambient Works II, de 1994 y Btoum Roumada del álbum Drukqs, de 2001. Ambos CDs son dobles y es que este prolífico artista tiene, pese a su corta edad (nació en 1971), un repertorio abundantísimo.

Casi todas las canciones del álbum Drukqs tienen nombres impronunciables. Con Aphex Twin cubrimos las pistas 1, 3, 5 y 6.

Otro filón del que bebe esta recopilación es un triple recopilatorio francés denominado QFG: A Compilation, editado en 2003 por el sello Parametric. Esta obra es la polla: 45 canciones de 45 artistas distintos de la escena industrial-experimental gabacha. A esta recopilación debemos las pistas 9 y 12. No es gótico puro, pero el gótico y el industrial están bastante emparentados y también pegan aquí.

State Of Synthpop es una recopilación realmente faraónica del sello A Different Drum que vio la luz en 2003. Es un quíntuple recopilatorio con 85 grupos distintos de la escena actual del synthpop, entendido en sentido amplio, por lo que las sub-tendencias presentes son múltiples. De esta obra hemos tomado esta vez las canciones 15 y 17.

Sin embargo, las más famosas colecciones del sello A Different Drum son las sagas tituladas Synthpop Club Anthems y Synthpop For A Darkened Room, cada una de ellas con 3 ediciones distintas. De Synthpop For A Darkened Room 2 hemos extraído las canciones 2 y 7.

Para ser cien por cien exhaustivos en este análisis de las fuentes hemos de mencionar tres discos más. El primero sería The Eyes of Stanley Pain del grupo Download (1996). Otro es In Electro We Trust, recopilatorio lanzado por el sello alemán Datapunk en 2004. Finalmente, el extraño disco doble de The Orb llamado Auntie Aubrey’s Excursions Beyond The Call Of Duty, de 1996.

El viaje

La narrativa de la recopilación se basa al principio en una serie de flashbacks o insertos que suponen un paréntesis dentro del discurso principal.

Así, durante las primeras 5 pistas el taciturno discurso lo lidera Match Sticks, de Aphex Twin (pistas 1, 3 y 5). Intercaladas a modo de digresión tenemos la melancólica Empty y la lúgubre Angel, con sus tenebrosos susurros.

El artista que interpreta Empty es B! Machine, realmente llamado Nathaniel Nicoll y también nacido en 1971 (las músicas sintéticas, a diferencia del rock o el jazz, nos sorprenden con formaciones de un solo miembro).

Con Angel tenemos otro ejemplo, pues :wumpscut: (sic) es un artista alemán llamado Rudy Ratzinger (¡a que este apellido no se nos olvida!).

Hay que destacar que Match Sticks es una canción bastante larga, pues los fragmentos que podemos oír en tres ocasiones pertenecen a partes distintas del mismo tema, aunque apreciar esto es muy sutil porque se trata de una pieza bastante lineal.

Btoum Roumada nos transporta, con sus extrañas campanas, a otro tiempo y lugar. A diferencia de la etérea Match Sticks, esta otra canción de Aphex Twin tiene algo de religioso y de festivo, como una especie de villancico medieval.

El clímax emocional llega con Bleed (Daybehavior) y sobre todo con Are You There? (Anathema). Después llegan actitudes mucho más agresivas. Genitorturers son dolorosos hasta en el nombre y a Hocico no me atrevería a escucharlos en una habitación oscura una noche solo en casa.

Anathema son riquísimos en recursos y descuellan sobre el resto de artistas aquí representados. Instrumentalmente son únicos, pues no hay otro grupo en esta recopilación cuyas primeras armas no sean electrónicas. Sin embargo casan bien con el resto por el tono melancólico de estos comienzos de la recopilación, melancolía que empieza a perderse justo después de este primer clímax emocional (digo primer porque hay otro al final).

El tema Omnipresence (Moon), aparte de recordarnos a una máquina de petaco con sus chisporroteantes sonidos, es un ejemplo de cómo la experimentación puede llevarnos al vacío de la textura por la textura. Cualquier canción o intérprete puede enfatizar la melodía frente al ritmo o viceversa. Cuando no hay melodía ni ritmo sólo queda la textura del sonido emitido. Pues eso es lo que busca este experimentalismo industrial: aturdir al oyente con texturas que se toman como un fin en sí mismo.
Algo parecido ocurre con Innersphere (intérpretes del tema Out Of Body, que figura en los créditos de la recopilación a nombre de The Orb por ser éstos quienes lo mezclan), y con Apophasis (Et Nox Facta Est). Estos últimos no llegan tan lejos como Moon. Hay varias diferencias entre sus canciones: Omnipresence es totalmente instrumental, mientras que Et Nox Facta Est tiene algunas palabras humanas; en la segunda tenemos una percusión más definida y hasta alguna melodía minimalista.

Esta música desde luego no es gótico comercial, pero sí es oscura e intrigante (a veces hasta amenazante e incluso molesta). A mí me parece muy interesante de paladear. Lo que es indudable es que no acata los cánones de ninguna tendencia concreta y en esa libérrima acracia radica su creatividad y su valor.

A partir de los mejicanos Hocico escuchamos artistas que sí se someten a ciertos cánones. Nos movemos por los terrenos del electro (una de cuyas subcorrientes es el electro-dark) y el IDM (Intelligent Dance Music). Durante 3 canciones (aparte de Odio En El Alma), vuelven la melodía, la voz y, sobre todo, el ritmo.

Super Crush es cien por cien gótica y comercial. Prefiero las otras dos: 1000 Eyes (Alexander Kowalski) y While We Can (Droom), de una espesa densidad y una gran contundencia. En 1000 Eyes predominan el ritmo y la textura frente a la melodía. Me encantan sus cabalgadas progresivas y la cuidada adición de elementos sonoros unos sobre otros, en un didactismo que nos permite valorar tanto lo que suena como lo que no suena (si todas esas voces sonaran al unísono de principio a fin el oyente apreciaría muchos menos matices). Por su parte, While We Can es empalagosa y saturada. Me encanta cómo inunda de sonido el espacio en el que la oigo.

Los dos últimos temas suponen un fuerte contraste entre sí: Suni C (Download), desparrame de experimentalismo industrial, y A Natural Disaster (Anathema), contrapunto balsámico de la anterior. En realidad es la propia Suni C la que nos regala un final relajado, mientras el terrorífico narrador de la peculiar experiencia psicotrópica que supone la canción va describiendo las maravillas de su (probablemente química) alteración sensorial.

Suni C es cualquier cosa menos convencional: extrema, alucinógena y anárquica. Me encanta: you are everything. Hay que mencionar que los canadienses Download son herederos de Skinny Puppy (su ex-miembro cEvin Key es uno de los principales artífices de Download).

En cuanto a A Natural Disaster, es una bellísima balada con un puntito de arrepentimiento (no matter what I say, no matter what I do, I can’t change what happened, you just slipped through my fingers and I feel so ashamed).

Finalmente hay que mencionar que Canadá es un filón de artistas oscuros. Aparte de Skinny Puppy y Download tenemos también al dúo Droom, presente en esta recopilación con la intensa While We Can.
Febrero de 2005

martes, abril 15

Corrupción progresiva

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Lista de canciones (tracklist)


David Rose compuso Gay Spirits en 1946. Este prolífico autor es el padre, entre muchas otras obras, de Bonanza, La Casa De La Pradera y The Stripper.

Gay Spirits ejemplifica a la perfección la música ligera y facilona de Rose, caracterizada por unos vientos que llevan la melodía como si fueran un coro y unos metales que hacen de simple acompañamiento percusionista. Poniendo bien el oído se aprecia perfectamente el muy distinto rol que juega cada sección.

Tras Gay Spirits escuchamos a Lalo Schifrin, que interpreta Murmurio, compuesta por Djalma Ferreira. Esta canción se extrae de Piano, Strings And Bossa Nova, de 1962, disco producido por Creed Taylor, fundador más tarde del sello CTI (Creed Taylor, Inc.), que tantas satisfacciones nos dio a los amantes del jazz-funk en los ’70. Schifrin es famoso por componer Misión Imposible, entre otras. Murmurio es un diálogo entre el piano de Schifrin y su sección de vientos, con una suave percusión brasileña de fondo.

Esta pieza casa bastante bien con la que le antecede debido únicamente a los violines, ya que el piano y la ausencia de metales son palpables diferencias con el tema de Rose. Tiene mucho más carácter (aquí no hay tanta mojigatería: Lalo aporrea el piano con firmeza y decisión), pero aun así guarda las formas y es una canción elegante y exquisita.

A continuación viene Mr. Kiss Kiss Bang Bang interpretada por Shirley Bassey. Con este tema de John Barry damos un paso más: tanto la orquesta como la vocalista son deliberadamente exageradas, como si la hipérbole fuera la única forma de expresividad. El papel se cumple a la perfección si tenemos en cuenta que todo se hace en loor de James Bond. Con esta canción de 1965 el dramatismo de la recopilación toca techo. Ahora la voz cantante la llevan, aparte de la vocalista, obviamente, los metales y la percusión, más capaces de impresionar que los vientos. El otro recurso en que se apoya Barry es el de subir y bajar bruscamente la intensidad, creando unos contrastes más llamativos aún. Puro exhibicionismo.
Y hablando de exhibicionismo, el tema The Stripper es lo más chabacano que uno se puede echar a la cara: cómico, desvergonzado, casi grosero. Hemos cruzado la línea: si la pomposidad de Barry quedaba al borde del abismo de lo hortera, con Joe Loss y Su Orquesta hemos caído de lleno en la más hilarante ordinariez. El tema se hizo mundialmente famoso por la película The Full Monty, de 1997, pero vio la luz como disco ya por 1962 y había sido compuesto incluso antes, en 1958, para un programa de televisión. Destaco dos notas de la canción: la primera es el hecho de que David Rose sea su compositor (¿qué quedó de la inocencia de Gay Spirits, la ñoña canción con la que se abre la recopilación?; viva la versatilidad); y la segunda, el papel de la batería (una batería en el sentido roquero de la palabra), que convive perfectamente con la orquesta y se pega unas parrafadas tremendas (si no, prestad atención a los últimos acordes del tema).

Luego tenemos el tema de la película They Call Me Mr. Tibbs, de 1970, en la que Sidney Poitier da vida a un detective que investiga el asesinato de una prostituta. La trama no es cómica y seguro que tampoco lo era la intención de Chaquito & His Band (¡joder, si es cómico hasta el nombre!), al grabar la canción. No, en serio. Ni el Chaquito éste ni Quincy Jones, responsable de la banda sonora, quisieron producir un tema risible. Estoy convencido. Pero el paso del tiempo hace estragos y lo que en una época es lo más in treinta años después te hace morir de risa.

Y si no que se lo digan a Juan Carlos Calderón. Éste pertenece a la saga de autores españoles de jazz-funk orquestal, junto a Alfonso Santisteban y el inconmensurable Augusto Algueró. Mafioso es un temazo que hoy puede resultar cómico, pero que sin duda es altamente meritorio.

Volviendo al tema de Chaquito, al margen de la sonrisa que nos haga esbozar su audición, es una maravilla: metales estridentes, órgano hammond, parece mentira que sea un tema sólo de 1970: esto es setentismo en su máximo apogeo.

Y el de Juan Carlos Calderón tiene una guitarra funkilona y un bajo saltarín apoteósicos. Es un tema riquísimo: órgano, percusión, coros, orquesta… hasta una mandolina, quizá con la misión de evocar el oscuro origen mediterráneo del protagonista de Mafioso. El talento de TVE al servicio de la moda (extranjera) imperante. ¿Franco no se dio cuenta de esto? La verdad es que el Generalísimo ya no estaba para muchos trotes.

Max Greger introduce la recopilación por el camino del rhythm'n'blues. Soul House, aparentemente compuesta por Lex Humphries, está magníficamente interpretada por esta big band europea, la mejor jamás formada según cuenta la leyenda. Greger era alemán y se rodeó de músicos de toda Europa con los que tenía que hablar en inglés, pues pocos de ellos sabían alemán, formando una big-band a la altura de las mejores de USA. La televisión pública, en este caso, también fue la mecenas de esta orquesta. Y es que esto daría para una tesis doctoral: papel de las televisiones públicas en los años 60 y 70 en el florecimiento de formaciones musicales de calidad.

Aunque lo parezca, Pure Cane (a cargo de Sugarman Three) no es un clásico de los setenta. Dicho técnicamente, no pertenece a la era funk sino a la oleada retro-funk de finales de los 90 y principios del 2000. Los dos temas siguientes se extraen de las recopilaciones del sello Blow Up, que se nutre de grabaciones sesenteras y setenteras de la BBC para radio y TV (volvemos al patrocinio público).

La predominancia del bajo en el último de los cortes me dio la idea de cambiar de tercio en la recopilación. Tras Teenage Chase metemos a The Clash y, como diría Alfonso Guerra, a esta recopilación ya no la conoce ni la madre que la parió.

Como resumen de los primeros diez temas podemos decir que la reco arranca en los años cuarenta desde premisas inocentes y orquestales (Rose); después mantiene la orquestalidad, pero su inocencia se va corrompiendo, pasando por varios estadios: vigor (Schifrin), exhibicionismo (Barry) e impudicia (Loss); a continuación la orquestalidad también se intoxica con la presencia de instrumentos ajenos (batería, bajo, guitarra, órgano…) y de tendencias contemporáneas (rhythm'n'blues, funk…) que terminan por excederla y hasta extinguirla.

La segunda mitad de la recopilación son otros diez temas.

La canción de The Clash The Guns Of Brixton es una de mis favoritas dentro de esa piedra angular que es el London Calling de 1979. Como curiosidad, es la única del álbum compuesta por Paul Simonon (a los de Columbia se les fue la olla y ponen en los créditos Paul Simon!!!). Es un reggae muy personal, con letras de confrontación social y una actitud claramente punk en el vocalista. Cuando el bajista es el autor de una canción se suele notar, y aquí ocurre esto.

De ahí pasamos a un reggae más puro, con los Mussington Brothers, que versionan el clásico de John Lennon Imagine. Estos caribeños son capaces de inundar de alegría hasta la mayor de las melancolías.

El reggae está emparentado con dos géneros musicales: el dub (por la parte más ambiental, lenta e instrumental) y el ska (por la parte más acelerada, bullanguera y radical). Los dos temas siguientes son de dub, ese estilo musical cuyo origen son las caras “B” de los singles de reggae. Para no resultar academicista, me limitaré a subrayar una sola característica del dub (inconfundible): que la voz humana sampleada se convierte en un instrumento más. Esto es fácil de apreciar en el tema de Fermín Muguruza.

No sé por qué los ambientes underground y radicales son tan proclives al reggae. Supongo que para esta gente Jamaica, Bob Marley, el Che Guevara y la marihuana están juntos en el mismo saco. El comienzo de ese maridaje lo tenemos en el punk (ya hemos visto cómo The Clash flirtearon con el reggae, y eso que The Guns Of Brixton puede ser uno de los exponentes más disimulados de ese flirteo).

Y en España tenemos a Fermín Muguruza (si me lee me mata, por lo de España). Al líder de Kortatu le encantan el reggae, el ska, el dub y The Clash. De hecho, ha versionado como mínimo dos temas del London Calling (Jimmy Jazz y la propia The Guns Of Brixton). La verdad es que no puedo más que alabarle el gusto. Además, el tío no es tonto: para mezclar su tema Urrun Dub se ha pillado al Mad Professor, que es una eminencia en la materia (y, bueno, decir que se lo ha pillado para que se lo mezcle, tratándose de un dub, es como decir que se lo ha pillado directamente para que se lo grabe).

Si hay otro monstruo del dub aparte de Mad Professor, de King Jammy y de King Tubby, ése es Lee 'Scratch' Perry. El tema Hole Of Death de Perry sigue al de Mad Professor y si pegan uno a continuación del otro no es de extrañar, pues ambos artistas son tan afines que llegaron a grabar juntos en una ocasión.
La siguiente canción es Kingdom Come, de Godflesh. Esto es dub maligno. La voz susurrante del cantante parece amenazar con la llegada del juicio final. Y todos los efectos dub van en la dirección de atormentar el ambiente.

A Godflesh les siguen Download (el que quiera hacer una búsqueda de este grupo con el Google lo lleva jodido). Download practican un downtempo minimalista y experimental, con abuso de la electrónica y guiños tanto al drum’n’bass como al dark ambient.

Amparado bajo la misma oscuridad fluye el drum’n’bass, ya evidente, de Happy Campers, con el tema No Mind. Atentos al cambio de Download a Happy Campers porque encontré unos acordes tan parecidos en ambas que parece que la mezcla está hecha en estudio.

E-Z Rollers (Synesthesia) le dan un poco de vidilla a la cosa. Su ritmo es más rápido y agresivo. Drum'n'bass radical (no para los fans de culto del jungle, pero sí para el público en general al que van dirigidas estas recos).

El tema de Plateau es intrigante y más experimental aún que los anteriores. Al final su ritmo se vuelve totalmente lineal y admite ser mezclado con un tema house.


En efecto, la última pista del disco es un tema clásico de jazz-house a cargo de Dennis Ferrer, uno de los grandes fichajes del sello Large. Palisade Park supone un alivio después de la fricción de Chateau Plateau. Volvemos a los orígenes: jazz-funk, hammond y una trompeta portentosa, la de Leron Thomas, que es un auténtico músico de jazz en activo que, al margen de estas colaboraciones discotequeras, se dedica a dar giras con su quinteto.

La segunda parte de la recopilación ha sido mucho más actual, electrónica y vanguardista. Comenzó de la mano del reggae, el punk y el dub, para ensombrecerse después con dark ambient, downtempo experimental y drum’n’bass, volviendo a mostrarnos la luz al salir del túnel con un tema de elegante y luminoso house al estilo más tradicional.

Al final, si sirve para algo esta recopilación, igual que todas, es para proclamar la grandeza de la música, su variedad y calidad, y descubrir los extraños compañeros de cama que puede uno encontrarse a lo largo del camino.
Octubre de 2004