domingo, agosto 3

Baladas de jazz inmortales

Esta guía de audición sólo tiene sentido leída antes, durante o después de haber escuchado esto:

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Lista de canciones (tracklist)

La reco comienza con la melancólica guitarra de Henri Crolla, al que inevitablemente comparaban en su época con el mítico Django Reinhardt, llegando a afirmar algunos que Crolla incluso lo superaba. Es una composición de 1929 grabada en 1955. Su minutaje (algo menos de 2 minutos) concuerda con su sencillez.

A continuación escuchamos al propio Reinhardt, acompañado al violín por su inseparable Stéphane Grappelli, en una grabación del año 1949, de bastante peor calidad que la de Henri Crolla, pese a que ambas canciones han sido remasterizadas digitalmente y los originales distan entre sí muy pocos años.

La grandilocuencia del combo Reinhardt-Grappelli contrasta con la mencionada sencillez de Crolla, aunque ambas composiciones tienen en común su tristeza y su belleza.

Sin dejar las antiguallas ni la melancolía, le toca el turno a la fantástica cantante austríaca Greta Keller, que grabó Goodbye To Summer en 1938. La taciturna voz de la Keller es un magnífico contrapunto para el vivaz ritmo de la música, con solos de trompeta (Bill Coleman) y clarinete (Joe Hayman).

Tras Goodbye To Summer vienen tres canciones seguidas que tienen en común el papel del trombón como instrumento solista y líder.

En primer lugar, la preciosa The Hour Of Parting (1947), en la que percibimos muy discretamente el saxo tenor de Don Byas por debajo del trombón de Tyree Glenn (trombonista de Louis Armstrong).

Después Le Piège, compuesta y tocada al piano por Claude Bolling. Este tema se extrae de un programa especial emitido por la TV francesa en 1961.

Y por último la exquisita The Soft Touch, de Henry Mancini, extraída de la banda sonora de Hatari! (1962).

El trombón se presenta en todas ellas como un instrumento solemne, cálido y capaz de imprimir una gran belleza a las baladas.

La orquesta con violines de Mancini es un anticipo de las que aparecen en las dos canciones siguientes, interpretadas, respectivamente, por Sarah Vaughan y Ella Fitzgerald, quienes protagonizaron entre sí una famosa y enemistosa rivalidad. Hay quien opina que en el campo de las baladas Sassy ganaba de calle y quizá haya que conceder que su maestría y sus registros (especialmente los bajos) son tremendos. Si unimos a esto el que la Fitzgerald donde no tenía parangón era en el frenético bebop, puede que haya que reconocer la superioridad de la Vaughan en baladas como éstas, aunque la interpretación que hace Ella de But Not For Me de Gershwin es impecable.

La canción de Sassy tiene la ventaja adicional de contar con un precioso solo de saxo tenor por Zoot Sims.

Continuando en el terreno del easy listening orquestal, otro monstruo es John Barry, del que traemos Diamonds Are Forever (1971), que además de tener una hermosa melodía impresiona por la textura de las cuerdas y el xilófono.

No dejamos el cine, pues Thème De Liz, de Alain Goraguer, con otro xilófono, también es de una banda sonora (J’irai Cracher Sur Vos Tombes, 1959).

Y lo mismo le ocurre a Final Au Jardin d’Acclimatation (del film Un Témoin Dans La Ville, también de 1959). Aunque este tema se lo atribuimos a Barney Wilen por ser su compositor, él no lo interpreta (su saxofón no aparece en toda la canción, que consta de un hermosísimo piano y una breve trompeta al final).

Precisamente esa trompeta de Kenny Dorham (trompetista de Art Blakey) sirve de nexo para la siguiente composición: Lover Man, grabada por Joe Newman (miembro de la Count Basie Orchestra) en 1956.

Hasta ahora la recopilación ha dado un repaso ordenado a distintos instrumentos solistas: la guitarra, el trombón, las grandes voces femeninas, la trompeta… Quizá el más ilustre de los instrumentos de jazz sea el saxofón, elegante y sensual. Por eso lo hemos dejado para el final, con tres representantes de excepción.

El primero es Michel De Villers, un saxo alto que me recuerda a Sonny Criss, inundando todo el espacio con su sonora excelencia.
A continuación Lester Young, maestro de los tenores, tocando el clásico de Ira Gershwin I Can’t Get Started. Para mi gusto se podía haber ahorrado la floritura del final, que recuerda al rimbombante Sonny Stitt o al cursi Sonny Rollins, aunque sin llegar a ese nivel de autocomplacencia.

Por último, John Coltrane y su composición propia Naima. Coltrane no es un autor fácil para el público en general. Quizá esta balada sea uno de sus temas más asequibles y aun así rebosa carisma y personalidad.

La reco continúa con la harmónica de Toots Thielemans y después recoge otro violinista: Jean-Luc Ponty, que interpreta un tema de Duke Ellington (Satin Doll).

El tema de Thielemans es el de más honda tristeza de toda la recopilación, que súbitamente recupera la alegría con Satin Doll y después se dispara con los dos últimos temas: Los Conquistadores Chocolates (Johnny Hammond) y Fran Mig Till Dig (de la sueca Emma Nilsdotter, aunque remezclado por Markus Enochson).

Hammond es un hacha del jazz-funk. Este tema se extrae de su álbum Gears (1975) y es un derroche de ritmo y de imaginación. Puede que excesivo: hay un par de pasajes en los que el oyente cree seguir el hilo conductor del tema, pero éste vuelve a dispersarse y atrapar su esencia es como tratar de coger agua con las manos.

La última canción es un tema house capaz de resucitar a un muerto. Me fascina la generosa sucesión de solos de metales: trompeta, saxofón y trombón hasta tres veces seguidas y en este preciso orden cada una de ellas, totalizando 9 solos diferentes (aunque este orden tan procedimental sólo se aprecia con una escucha muy atenta, la verdad es que está ahí exactamente así, lo que nos hace dudar si el contrato de estos músicos no contemplaba el número y orden de sus intervenciones). Es sumamente didáctico escuchar tan seguidos estos tres instrumentos: realmente, si la reco hubiera sido una clase de música, éste sería el resumen.
Reconozco que el final es un poco forzado, sobre todo la transición entre los dos últimos temas, que requirió algo más que un calzador, pero normalmente me niego a hacer recopilaciones monocromáticas.

Lo que es innegable es que los primeros 15-17 temas son de una belleza inconmensurable.
Diciembre de 2005

1 comentario:

Raul A. dijo...

Hey, oye.. Encontré tu blog por casualidad buscando baladas jazz...

Que buen material tienes... Y me parece genial el oír la playlist al tiempo de leer las pequeñas críticas...

Saludos desde Yucatán, México.

Sigue así. Oiré las demás en cuanto tenga tiempo.

De verdad es una hora bien aprovechada.