domingo, abril 13

Frenesí

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Empezamos con Death Of Fiona, extraída de la banda sonora de la película Operación Trueno, del año 1965. El compositor, como en muchísimas otras películas de James Bond, es el mítico John Barry.

Se trata de una pieza de gran intensidad dramática, gracias a la trepidante percusión latina. Reconozco no haber visto la película y, por tanto, soy incapaz de describir la escena que tiene lugar con Death Of Fiona de fondo. Sin embargo, el título de la canción y su estructura y expresividad son suficientes para evocar a la perfección la escena de un estrangulamiento o apuñalamiento, en el que la víctima no puede ser socorrida y el asesino se da a la fuga tranquilamente sin levantar ninguna sospecha.

La cosa ha empezado movidita y la imaginería y plasticidad del tema de Barry me permiten introducir una canción que llevaba tiempo queriendo recopilar sin encontrarle un hueco. Es la extraña Cubana Be, Cubana Bop, de Dizzy Gillespie, grabada en Nueva York en 1947, con Chano Pozo a la voz y, sobre todo, a las congas. Chano Pozo, nacido en La Habana, fue uno de los culpables del afro-cuban jazz de los años 40. Su carrera se abortó cruelmente un año después de grabar esta canción con Dizzy cuando fue asesinado en un bar de Nueva York, precisamente, cuando sólo tenía 33 años (la muerte nos persigue, de momento, en esta recopilación).

Cubana Be, Cubana Bop hace un juego de palabras con el término bebop, corriente musical dentro del jazz en la que se encuadraba Gillespie cuando conoció a Pozo. De hecho, la música de Gillespie, cuando incorpora elementos latinos, en especial la percusión, ha sido conocida después como cubop, abreviatura de cuban bebop.

Cubana Be, Cubana Bop son, como su nombre indica, dos canciones unidas. Están grabadas en la misma pista, con una larga pausa silenciosa entre ambas, que he mantenido por respeto al original. Son tan intensas y, en mi opinión, psicodélicas, que eran difíciles de encajar en una recopilación cualquiera. Sin embargo, tras Death Of Fiona quedan bastante bien, prolongando la atmósfera de expresivo frenesí latino.

El tono cambia bruscamente con la siguiente canción, Ritmo Bobo, de Sonny Stitt, de 1963. Su principal protagonista no es ni el piano de Chick Corea ni el saxo alto de Sonny Stitt. El auténtico genio es Willie Bobo a los timbales. Lógicamente, el tema se llama Ritmo Bobo por él.

El cambio de Cubana Be, Cubana Bop a Ritmo Bobo es un poco brusco, he de admitir. Ambas canciones apenas si tienen en común poco más que el tratarse de temas de jazz con percusión latina. Pero ya había suficientes dosis de dramatismo en los dos primeros temas de la recopilación y venía bien edulcorarla con algo de positividad.
El intérprete de la siguiente canción es Edú Lobo, guitarrista con el que transitamos de Cuba a Brasil. La versión del Hey Jude de los Beatles es un bálsamo y descansamos de la vigorosa percusión con la que había arrancado la reco en sus tres primeras pistas. En lugar de congas y timbales tenemos flautas, pianos y coros sin letra, que se limitan a tararear la canción. El tema se estructura in crescendo, pues adquiere intensidad con el movimiento del segundero, pese a la tranquilidad de sus primeros acordes.

El tema de Edú Lobo da paso a su propia composición Casa Forte, interpretada por Helen Merrill.

La recopilación, hasta este momento, ha sido exótica y pasional, pero ciertamente antigua. Para que no digáis que me he quedado anquilosado en el pasado, a continuación vienen unos temitas mucho más actuales y marchosos que los anteriores.

El primero es Yachts, de Coco Steel & Lovebomb, mezclada por A Man Called Adam. Este temazo se hizo famoso por servir de base para un anuncio de Freixenet Cordón Negro. Me encanta el sonido de la melódica.

A continuación viene I Croon On Ermine, pedazo de tema del dúo Hi-Fi Companions, extraído del álbum Swingers In Paradise, editado en verano de 2004. El dúo lo componen un señor de Eat Static y otro de Tangerine Dream. Hi-Fi Companions son un cóctel explosivo de ideas y creatividad. Hacen un lounge electrónico de calidad, con ritmos medios, influencias cincuenteras y sesenteras, y elementos de jazz y de percusiones exóticas variadas. Una maravilla.

Es memorable el solo de saxo de I Croon On Ermine, aparte de esos coros femeninos tan sensuales y esa guitarra hawaiana.

De ahí pasamos, precisamente de la mano de Hawai, a Luke Vibert & BJ Cole, que son otro extraño dúo. BJ Cole era un guitarrista de country que tenía 54 años en el año 2000, cuando se juntó con Luke Vibert, prolífico mago de la electrónica cuya edad era la mitad de la de aquél en esa fecha, para hacer Stop The Panic, una joya de álbum. De dicho álbum extraemos Swing Lite Alright, que podría definirse como un exótico tema de hawaiian downtempo. Buena sección coral y aderezos rítmicos varios. Interesante.

A este tema le sigue otro sensacional: Nautilus, por Bob James. Este músico y productor ha trabajado prácticamente con todo el mundo: Mongo Santamaría, David Sanborn, Chet Baker, Don Sebesky, Paul Simon, George Benson, Frank Sinatra, Quincy Jones, The Carpenters, Toots Thielemans, Sarah Vaughan, Dionne Warwick, De Barge, Neil Diamond, Grover Washington Jr., Al Jarreau, Milt Jackson, Natalie Cole, Kenny Loggins, Harvey Mason, y muchísimos más, menos conocidos que los anteriores. Por no mencionar a la plantilla entera del sello CTI, bajo el cual vio la luz Nautilus en 1974.

Nautilus es un tema placentero y extraño. Difícil de describir. Es mejor oírlo.

Con la canción Cortége, de Mark Snow, la recopilación da un giro siniestro. Mark Snow es famoso por haber compuesto la banda sonora de la serie Expediente X. Cortége es un tema muy cinematográfico, tenso, misterioso y ambiental. Me encanta su violenta irrupción, seguida de largas notas orquestales.
De la misma recopilación de Cold Spring Records se extrae el precioso tema al piano de Benedikt Middler Menage A Trois, pegadizo y agridulce. Estos dos temas constituyen el pequeño homenaje de la reco al modern classical.

El piano de Middler sirve de puente hacia un pop melancólico mucho más convencional y mainstream, aunque, como veremos luego, la tregua que doy es breve. Ocean Colour Scene (con otro piano, de ahí el nexo) y Placebo son dos de mis bandas británicas poperas favoritas. En las dos canciones traídas aquí sus inspirados vocalistas prorrumpen en sentidos lamentos. Me gusta cómo se apaga la voz en la primera de ellas (I Won’t Get Grazed), mientras que el tema de Placebo I Know me llega tan hondo que casi me echo a llorar cada vez que lo oigo.

Ahora bien, la música asequible no podía durar… El tema de Giselher Klebe Interferenzen es una rareza de ésas imposibles de superar. Es música electro-acústica del año 1955. A principios de los años 50 surgieron dos escuelas de música electro-acústica, una en París y otra en Colonia. Se basaban en el uso de osciladores y otra serie de primitivos artilugios eléctricos para fabricar sonidos extrañísimos. Es una música realmente innovadora y mágica, futurista y arcaica a la vez. Estamos ante los auténticos pioneros de la música electrónica, adelantados a su tiempo sólo un puñado de décadas.

Heredera de la anterior se me antoja la música de Grundik & Slava (2000), con su inquietante tema Virola, a base de timbrecitos y campanitas. Este dúo se compone de dos emigrantes rusos residentes en Israel.

De ahí pasamos a otro clásico, Brian Eno, creador del ambient. El tema Tal Coat está en la línea de Grundik & Slava de importar sonidos de la naturaleza (field recording) y mezclarlos con melodías sintéticas, sólo que Eno lo hizo 20 años antes.

Con más campanitas y una inquietante ambientación cinematográfica aparecen de nuevo Hi-Fi Companions, esta vez con su tema Skyclad, creciente en intensidad y ritmo.

El cierre lo ponen Quaid con Galcyon, un viaje emocionante a otros planetas, o al futuro. Como Giselher Klebe pero con tecnología de hoy.
Septiembre de 2004

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